El auditorio estaba repleto. Profesores, alumnos, ex alumnos, amigos y la familia en pleno, daban cuenta que la trayectoria de más de 40 años de Pilar Cereceda en el Instituto de Geografía dejó una huella indeleble en cada uno de ellos, marcada por el desierto de Atacama, donde volcó toda su energía en poner la ciencia al servicio de las comunidades.

Inició su carrera académica en 1973, recién titulada como geógrafa UC, como ayudante de Horacio Larraín, quien se transformaría en su mentor y con quien conoció ese desierto que no abandonaría más. Empeñada en capturar las esquivas gotas de la camanchaca en un territorio donde la falta de agua es el mayor problema, desarrolló un fructífero trabajo de investigación y perfeccionamiento de los atrapanieblas, abasteciendo de agua por este medio a todo un pueblo, Chungungo, en la IV Región. Y luego, en los rincones más alejados del planeta: Omán, Namibia, Perú, Ecuador y Haití, entre otros.

El decano de Historia, Geografía y Ciencia Política, Patricio Bernedo, resaltó su excelencia, sabiduría, su sana humildad, su capacidad de generar equipos y su profunda vocación pública comprometiendo a nuevos socios en sus proyectos. Entre ellos destaca la estación de investigaciones desérticas en Alto Patache, a 65 km de Iquique, terreno entregado en concesión por 25 años a la Universidad, y en donde se desarrolla una amplia labor de investigación, educación y conservación.

Pilar Cereceda fue directora del Centro del Desierto de Atacama UC desde su creación en 2006, profesora titular y jefa del departamento de Geografía Física. Ha escrito una veintena de libros y más de cien artículos sobre geografía de zonas áridas y semiáridas, niebla y recursos hídricos. Ha entregado su conocimiento y experiencia en numerosos comités nacionales e internacionales sobre la materia, pero también ha llegado hasta las caletas, pueblos y escuelas más recónditas del norte de Chile.

“Su oficina fue siempre la más visitada por los alumnos”, contó el director de Geografía, Federico Arenas, al recordar su vitalidad cuando la conoció, “subiéndonos a un camión para recorrer la costa del norte, en un terreno que resultaría marcador para todos quienes la acompañamos”. Colega entusiasta, colaboradora permanente y una gran formadora de estudiantes, fue otras de las características mencionadas.

Precisamente sus ex alumnos, autodenominados los “Camanchaqueros”, también estuvieron ahí para rendirle un homenaje a su profesora. “Gracias por habernos regalado recuerdos imborrables de acampadas, mediciones en la madrugada, viajes en camioneta por caminos insufribles y experiencias marcadoras para todos nosotros”, dijo Magdalena Edwards. También los ausentes, su estrecho colaborador y actual académico de Geografía Pablo Osses, junto a Horacio Larraín, dejaron sus mensajes grabados; el rector Ignacio Sánchez envió un saludo destacando el valioso aporte en investigación y compromiso con las comunidad de la profesora, mientras que un video -preparado por los miembros del Centro del Desierto, su coordinadora Josefina Hepp, y el coordinador de Extensión de la Facultad Luis Muñoz-, dieron cuenta de su trayectoria.

A pesar de la emoción, la homenajeada se empeñó en agradecer a todos quienes la han acompañado: los tres rectores que conoció durante su trayectoria -dos de los cuales no se escaparon de la visita a Alto Patache-, los decanos de la Facultad, sus maestros, colegas, ayudantes, alumnos y especialmente, su familia.

Finalmente, en la ocasión se realizó el cambio de mando -con un simbólico atrapanieblas a escala- al nuevo director del Centro del Desierto de Atacama, Juan Luis García. El también académico de Geografía, junto con destacar a quien fuera su profesora -resaltando que la “vara queda alta”-, dio cuenta de la labor y próximos desafíos de este centro pionero en los estudios de niebla, energía solar y biodiversidad, a partir de un trabajo interdisciplinario con académicos de distintas facultades de la Universidad.

INFORMACIÓN PERIODÍSTICA

Nicole Saffie, periodista, nsaffie@uc.cl

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