A través de breves entrevistas mensuales, hemos ido presentando a los investigadores miembros del Centro UC del Desierto de Atacama. Este mes entrevistamos a Virginia McRostie, quien se acaba de sumar al CDA como parte de la línea de Paleoambiente, y es académica del Programa de Antropología de la UC. La profesora McRostie se tituló de Antropología con mención en Arqueología de la Universidad de Chile, y se especializó en paleo-etno-botánica, disciplina que busca comprender las interacciones pasadas entre los humanos, las plantas y sus paisajes. Ha realizado diversos análisis arqueobotánicos y trabajos en terreno para proyectos en el Norte Grande de Chile, pero también en Norte Chico y Chile Central, desde el período Paleoindio hasta tiempos Incaicos (ca. 13000-500 AP).

Virginia McRostie

  • ¿Cuál es tu línea de investigación y en qué estás trabajando en este momento?

Soy Paleoetnobotánica, es decir estudio las relaciones e interacciones de las sociedades con las plantas y sus paisajes. En este momento y desde los inicios de mi carrera he investigado las plantas que el humano ha utilizado y manejado en el Desierto de Atacama. Esto consiste en la identificación y caracterización taxonómica o morfológica de recursos silvestres y cultivados, definir sus cambios y/o continuidades a través del tiempo y espacio, además del rol que jugaron en los desarrollos socioculturales del Atacama.

Puntualmente ahora estoy interesada en las plantas silvestres con valor ecónomico del desierto. Mediante un enfoque interdisciplinario estamos re-evaluando el estatus nativo de géneros forestales tales como Prosopis y Geoffroea, o visibilizando el gran aporte alimenticio de géneros palustres hoy subutilizados, tales como Cyperáceas o Thypáceas, entre otras.

  • ¿Cómo aporta tu investigación al conocimiento y/o aprovechamiento del desierto?

Nuestra investigación aporta a entender mejor de qué manera el hombre ha sido un agente transformador del desierto y cómo se adaptó a este ambiente mediante el aprovechamiento y manejo de los vegetales en todas sus dimensiones. La visibilización de prácticas milenarias es fundamental para establecer alternativas de desarrollo local y para asesorar políticas que permitan un mejor manejo del territorio.